martes, 9 de diciembre de 2008

...Eras tú... ¿No? Primera parte

Doce menos cinco de la noche. Hace frío. La luz azulada de la luna traspasa la ventana y yo sólo puedo acordarme de ti. Me acerco a la ventana. Al respirar el vaho se queda pegado unos segundos sobre el cristal, nublándome el paisaje del bosque en el que nos conocimos...¿Cómo pudo ser?
Doce y cuarto de la noche. Doy vueltas por mi habitación... Puedo sentirte... cubriéndome con tus brazos... Pero sólo noto el frío de la solitaria noche de Enero. No puedo evitarlo... y vuelvo a pensar en ese maldito día.
Doce y veintecinco de la noche: Empieza a llover... Maldita sea, incluso el ruído de la lluvia chocando contra la ventana me recuerdan a ese día...

"Cruzamos nuestras miradas cuando me dirigía al río a buscar unas muestras para el trabajo de biología, y entonces sucedió. Noté que el corazón me daba un huelco, noté como mi sangré fluía por mis venas más deprisa que de costumbre. No separamos nuestras miradas ni un segundo... Llovía y estábamos empapados, pero eso no evitó que nos siguiésemos moviendo despacio. Tenías los ojos más expresivos que había visto en la vida, y eso es lo que hizo que no pudiese apartar los míos. Nos acercamos lentamente, y mientras lo hacíamos, mi respiración se entrecortaba cada vez más. La cabeza me daba vueltas, las manos me sudaban, y no podía pensar en nada más que en qué pasaría cuando nuestros cuerpos se acercasen...
Pero entonces ese árbol acabó con todo... Y yo estoy aquí, un año después... Pensando en qué hubiese pasado si aquella rama no hubiese terminado con aquel momento... Pensando en si yo pudo haber hecho algo más para salvar tu vida... Hubiera dado lo que fuera por estar yo en tu lugar... Aunque a penas te conocía... "

Doce y media de la noche: Me subo en el alfeizar de la ventana. Mis pies descalzos pisan la fría piedra, pero no me importa... Ya nada importa.
Una menos veinte de la noche: Miro al cielo, ahora cubierto de nubes. No puedo evitar que una lágrima se asome y caiga sin control al suelo... Y otra, y otra... Cierro los ojos.
Una menos cuarto: mantengo la respiración... Me suelto de la ventana y me dejo caer desde el 4ºpiso de mi edificio. Pero no caigo.. algo me sujeta por el camisón... debí de engancharme...
Una menos diez: Te veo. Estás cogiéndome con tu mano. Estás igual de mojado que la última vez, y me miras con tristeza en los ojos. Yo me doy la vuelta, y poco a poco bajo de la ventana, sin entender nada, mirándote a los ojos. Nos miramos durante minutos sin decir nada, y entonces, articulas la primera palabra que te oigo decir:
-Gracias...
Lucha, no te rindas, y así algún día conseguirás lo que mereces.

El tornillo de Frankenstain

Mi foto
Cada vez una diferente, Depende del lugar, Spain
Si crees que has visto y/o leído cosas muy depravadas y extrañas... es que no lo has visto todo...